Día del Amigo en Argentina [Historia]

La idea que Enrique Febbraro impulsó hace 43 años tras ver la llegada del hombre a la Luna, hoy es una tendencia mundial que honra el valor que reside en la amistad como expresión de confianza, presencia y afecto.

El abrazo fuerte, cálido y sincero que brinda un amigo compone un gesto inigualable que expresa la solidez de un vínculo único comparable con los determinados a través de los lazos de sangre, por más que la amistad en sí no necesariamente tenga que reconocer códigos genéticos comunes para establecerse como tal. Justamente hoy esos abrazos estarán a la orden del día por ser justamente esta jornada la que celebra esa institución construida con afecto, empatía y confianza denominada amigo. 

El Día Internacional del Amigo conforma una de esas efemérides que se fue consolidando con el tiempo, con más precisión desde hace 43 años cuando a instancias precisamente de un argentino la fecha quedó instituida como corolario de la llegada del hombre a la Luna.

Muy lejos de las discusiones establecidas con el correr de los años dispuestas a poner en duda la veracidad de ese acontecimiento atribuido a la tripulación de la Apolo 11, el profesor Enrique Ernesto Febbraro decidió fogonear la posibilidad que la amistad tuviera su día montada en aquel descenso histórico en la superficie selenita, que configuraba por entonces un avance científico sin precedentes. 

Que mejor entonces que ofrecer ese 20 de julio de 1969 para festejar de allí en más todos los años para esa fecha y en todo el mundo el Día del Amigo. 
Febbraro mucho trabajó en la madrugada posterior al aterrizaje del módulo lunar en el satélite  natural de la Tierra: profundamente conmovido por la imágenes emitidas por la televisión que años después investigadores, ovnílogos y científicos pusieron en duda, se dio a la tarea de redactar decenas de cartas que despachó a más de cien países con el propósito de difundir su propuesta por todo el planeta. 

De a poco fue recibiendo respuestas y cuando se dio cuenta había recibido más de quinientas cartas que no solo valoraban su propuesta sino que la aceptaban y estimulaban. 

Un millón de amigos

El estribillo del tema del cantante brasileño Roberto Carlos que hizo furor a principios de los 70 fue, sin proponérselo, una ilustración musical de lo Febbraro había puesto a rodar y casi de modo geométrico millones de amigos de todo el mundo se fueron sumando año tras año a la singular iniciativa. 

Si bien es cierto que como toda efemérides de este tipo tipo tuvo sus derivaciones comerciales, lo cierto es que la esencia de la fecha se mantuvo y hasta definió mejor sus contornos filosóficos  que realzaron la concepción del concepto amigo. 

Como será de fuerte la historia que mientras el acontecimiento histórico que sirvió en 1969 de lanzadera para la fecha fue puesto en duda, el Día del Amigo impulsado por Febbraro creció sin sospecha alguna y hoy hará que el barrio, la ciudad y el mundo todo en definitiva sea testigo de miles de aquellos abrazos referidos al principio cuyo propósito será ni más ni menos que compartir la extraordinaria emoción que solo trasuntan los amigos de verdad. 

Construcción cultural que se mantiene vigente 

La amistad es una “construcción cultural” condicionada por el tiempo y lugar por lo que aquel concepto del “mejor y único amigo” del Siglo XIX se fue licuando en intensidad ya que hoy se “acumulan cientos de contactos en internet”, reflexionó la psicoanalista Adriana Guraieb. Con motivo del Día del Amigo, Guraieb reflexionó que la amistad “se amplió, se diversificó, para circular entre mujeres, entre hombres, entre hombres y mujeres, y todas las variantes, incluso las modalidades conocidas como amistad con “derecho a roce”. Amistad viene del latín “amicus”, que significa “amor”, dijo, y es “el sentimiento más puro y desinteresado, que no tiene otro fin más que compartir alegrías y penurias con otra persona”. 

Nota extraída de DiarioPopular

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